Romance a la muerte de Olivares, VI parte

Llegó, en efecto, al infierno
y halló sus puertas abiertas,
Llpara que, como en su casa,
se entre en sus penas eternas.

Alteráronse los diablos,
porque el Conde-Duque piensa
que aún Luzbel no tiene imperio
en su imperio cuando él llega.

El querubín, que ha perdido
la gracia, más no la ciencia,
le admite, y de sus estados
todo el gobierno le entrega.

Que quien a perdido España
Con piedad tan clara y cierta,
Gobernar puede el infierno
Si el desorden lo gobierna.

“Venga, le dijo Luzbel,
a esta corte, que es muy buena
el duque don Noramala,
porque aquí no hay norabuenas.

Aderécenle su cuarto,
pongan bien todas sus piezas,
verá a quien bien me sirve
liberal mi mano premia.

Mandad, regid al infierno,
gobernad en sus cavernas,
que bien merece este puesto

el que me obligó en la tierra…






Comentarios

Entradas populares de este blog

Segovia es asado, el asado es Segovia.

Tempus fugit

Saber retirarse a tiempo