Bodegas López Heredia
La
historia de esta bodega comienza con
Rafael López de Heredia, que
convirtió un almacén de Haro en una
flamante bodega con apeadero de tren y túneles del vino. Una bodega importante desde que en 1877
Rafael pusiera la primera piedra.
Esta bodega no tenía un sentido personalista, ya
que se relacionó primero con varios socios franceses y más tarde el apoyo
accionarial vendría de inversionistas españoles, aunque la sociedad se
disolvería en 1896 en el instante de salir al mercado sus primeras marcas: Landeta, Murillo, Globo, Viña Medokia y
Viña Zaconia.
En
1913, Rafael compró la Viña Tondonia que
estaba fragmentada entre un gran número de propietarios. Casi las 100 ha de Viña Tondonia están dominadas por la uva Tempranillo. La arquitectura
de la bodega, de origen centroeuropeo, responde a la moda caprichosa de los
grandes propietarios de finales del siglo XIX.
La bodega se amplió en 1980; se hizo al estilo
decimonónico, aunque los vinos siguen manteniendo el distintivo personal de López Heredia. Todo está estudiado y
tiene un porque que solo beneficia al
vino y a la bodega. Las prácticas de
envejecimiento no tienen nada que ver con las utilizadas por otras firmas.
Tiene un matiz peculiar, el estilo
Heredia existe. No es muy diferente
de las características que predominaron en casi todos los vinos riojanos hasta
hace 40 años. A fuerza de seguir
haciendo vino igual desde su fundación, hoy resulta diferente. Posee un
taller de tonelería, que cuida cada una de las barricas, que están viejas por fuera pero impecable por
dentro.
Defiende
la Garnacha de las zonas altas de Rioja, utilizada en justa proporción con la
Tempranillo, de forma que se logra una mayor longevidad en estos vinos sin que estos pasen a
rancios. Esta bodega también se ha
destacado por ser una casa con gran experiencia en vinos blancos viejos.
Su producción de
excelentes vinos, se articula en tres ramas: VIÑA TONDONIA, VIÑA CUBILLO Y VIÑA
GRAVONIA, todos de
gran impacto en el mercado.
Comentarios
Publicar un comentario