Breviario para un político (21)
Haz
grandes elogios de una persona en presencia de un tercero. Si este último
permanece en silencio, es que no es amigo del primero. También podrás
adivinarlo si desvía la conversación hacia otro asunto, responde con desgana,
se esfuerza por moderar tus elogios, pretende estar mal informado sobre la
persona en cuestión o comienza a elogiar a otro que nada tienen que ver.
También
puedes mencionar alguna proeza realizada por esta persona –una proeza de la que
sabes que tu interlocutor está perfectamente al corriente- para ver si
aprovecha la ocasión para ponderarla. Tal vez reaccione que en este asunto más
bien hay que dar las gracias a la fortuna, que a veces la divina Providencia
reparte sus favores con prodigalidad. O bien, puede que aproveche para alabar
los logros aún más notables de otras personas. También es posible que sostenga
que tu hombre se ha limitado a seguir un buen consejo.
Otra
posibilidad: envíale una carta en la que invocaras la recomendación de aquel de
quien supones que es su amigo para pedirle que te confié un secreto: según si
le traiciona o no, podrás deducir cuáles son sus verdaderos sentimientos.
Salúdale de parte de ese amigo supuesto, o anúnciale que has recibido malas
noticias de él, y observa su reacción.
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