Romance a la muerte de Olivares, IV parte
…Salió el sacro
vice-Cristo
y dijo “¿Qué es lo que
intentas,
Icaro, que hasta el
Empíreo
volastes en alas de cera?
Si te vino el mundo
angosto,
no hallo modo como quepa
hombre que tanto se
ensancha
por puerta que es tan
estrecha”.
Bajose el pobre rodando
sin poner pie en la
escalera,
que cuantos suben altivos
todo lo que suben ruedan.
Entrose en el purgatorio,
más no a purgar sus
ofensas,
sino a tratar con los
diablos,
ministros que allí
atormentan.
Díjole un diablo
conjuelo;
“Sálgase allá
vuecelencia,
porque estas penas no
bastan
a quien tantos tuvo en
penas”.
Replicó el Conde: “¿Pués,
cómo
aquí lugar se me niega?
¿Para quién labró el
Retiro
no habrá un retiro
siquiera?”…
Comentarios
Publicar un comentario