El bloguero calvo setentón

En la pasada noche del sábado al domingo, nos han concedido a todo el país, un préstamo, lógicamente de tiempo, una hora más de descanso, (GMT+1, en vez de GMT+2, como disfrutamos en época primaveral y veraniega), los periodos de luz se acortan y nos mandan a dormir. Ese préstamo, lo tendremos que devolver cuando comience a brillar el sol en primavera, con los intereses correspondientes, menos descanso, algunos desajustes personales (pequeños jet-langs) que el alterar el horario, se produce en quien lo padece, junto con problemas de cansancio vital. El tiempo, es la moneda que el ser humano, recibe para sacar rendimiento a su vida, durante su paso por el mundo, de lo que tendrá que dar y rendir cuentas, al finalizar su existencia. Si ha hecho las inversiones adecuadas de tiempo (gastándolo para formarse como persona, sentir, movilizar los sentimientos de los que está dotado...) su camino de Eros a Thanatos, la vida, según los filósofos griegos, habrá sido feliz y provechosa. En c

He visto a principios de esta semana, la primera y segunda emisión de la segunda temporada, de   esta serie que emite el canal #0 de Movistar+. Es una producción englobada en una serie, para estudiar según formatos foráneos, el carácter de los españoles desde niños hasta personas de la tercera edad y   de   grupos intergeneracionales. Para mí, tiene un condicionamiento, que le resta naturalidad y frescura al programa. Los niños que van de 4 a 6 años de edad, son los que quieren participar “per se”, o al menos, lo quieren sus padres. Con lo que como toda muestra preseleccionada, ya está sesgada. Los niños normalmente, no quieren ir al programa en absoluto ni se presentan al casting, si no son motivados por sus padres y familiares. Es curioso, las misteriosas interrelaciones, que se producen entre los grupos de niños que se forman, seguidas minuciosamente por más de veintitrés cámaras ocultas. Como se quieren o se odian, como se ayudan sin esperar nada a cambio, como juegan, se

Desde los modernos artefactos digitales (TV’ s, Tablet`s, Pcs, Teléfonos inteligentes...y no hablo de las pantallas gigantes de las salas públicas de proyección cinematográfica, porque están en franca desaparición), todos equipados con una colorista pantalla, parece que algún geniecillo travieso o un avispado poder oculto, me da órdenes y trata de dirigir mi vida, aunque yo débilmente me oponga. Me levanto, voy a desayunar y en vez de disfrutar del desayuno y de la alegría, de haberme incorporado a un nuevo día pleno de esperanzas e intentar planificar el tiempo para sacar el máximo rendimiento al que tengo a mi disposición, caigo perezosamente en la red de la TV de la cocina, que me da noticias (buenas, malas o falsas), me dice que comer, como vestir, que tiempo hace,   que camino debo seguir... en una palabra, ante mi pereza en actuar la TV me da órdenes, me dirige y yo no reacciono... ¿LIBERTAD?, soy uno de los miles de borregos, que viven y pululan por el país y así nos va.

Regalar, es generalmente, dar algo sin recibir nada a cambio, como muestra de afecto o consideración hacia alguien. Es algo que debe causar gusto, placer y agrado, tanto en quien lo hace, como en quien lo recibe. La importancia del regalo, no está en el valor intrínseco del mismo, sino en lo que representa para nosotros, la persona a regalar. Le hemos dado, lo más importante que tiene el ser humano, una parte de nosotros mismos, nuestro tiempo. El que hemos dedicado a pensar en él, procurando encontrar algo que le guste y le represente lo mucho que nos importa. Un regalo, se debe hacer siempre cuando tengamos el impulso o necesidad de   sorprender a la otra persona. Nos pida el corazón una vez más que tenemos que demostrarle nuestro afecto, cariño y admiración. Pienso que no debe haber días o momentos determinados para estas demostraciones, no convirtamos el regalo en una forma más de convivencia social. De esta manera lo estandarizas, le quitas fuerza afectiva y lo convierte

El pan se ha definido siempre, como una masa muy sobada y delicada de harina y agua, que una vez fermentada y cocida al horno, sirve de alimento. Su consumo fue muy alto en España en otros tiempos. Este ha ido bajando paulatinamente, cara a tener un tipo “10”, según los expertos y supuestos expertos en alimentación, ya que   dicen es un alimento que engorda. Esta supuesta demonización del consumo de pan, ha llevado a que auténticos artesanos panaderos hayan dejado su oficio, con un terrible detrimento de la calidad del producto, que hoy mayoritariamente se vende como pan. Esto ha dado lugar a algo que se adquiere en panaderías, gasolineras, supermercados... y que llaman “pan”. Es algo que se endurece en cuestión de minutos, tomando un aspecto de cartón piedra, incapaz de absorber cualquier sustancia liquida o semi-liquida, ¡¡¡ CON LO BUENO QUE ESTA, UN TROZO DE PAN PAN, MOJADO O UNTADO EN UN SABROSO PIL PIL, ACOMPAÑANTE DE UN BUEN BACALAO !!! En cuanto al consumo excesivo de

La historia de una ciudad, se va haciendo sumando a la tradición de su devenir, el progreso diario que la va adecuando a los tiempos actuales, para estar siempre al día al servicio de sus habitantes. En el año 1578, surge en la calle Mayor 59, entre el Mercado de San Miguel y la Plaza de la Villa, una farmacia fundada por un alquimista veneciano, siendo hoy el establecimiento madrileño más antiguo “LA FARMACIA DE LA REINA MADRE”, que entre otros tesoros conserva una receta de D. Miguel de Cervantes. Con el paso del tiempo, va surgiendo una red de pequeños comercios de proximidad (comercio tradicional) para el servicio y disfrute de los madrileños. Hoy, el comercio tradicional sobrevive entre tremendas dificultades gracias a dos tipos de clientes: los tradicionales de toda la vida y los curiosos (nacionales y extranjeros), que buscan algo original. En el futuro, el negro nubarrón de la falta de ayudas públicas, así como el vencimiento de los contratos de renta antigua para

Madrid, es una gran ciudad donde el tráfico de vehículos forma una amalgama monstruosa, difícil de digerir por sus vecinos y visitantes, y donde las sorpresas y problemas surgen a diario. Había y hay un juguete consistente en una plataforma alargada sobre ruedas, generalmente provista de una barra y un manillar para conducirla, y que se dirige poniendo un pie sobre ella e impulsándose en el suelo con el otro, vamos el clásico “patinete”, que todos en algún momento, hemos usado. Tiene la ventaja, que tienes que usar las piernas para desplazarte haciendo un sano ejercicio y los accidentes, si es que ocurren, suelen ser de poca monta. Pero ahora han surgido como por encanto, por las aceras de nuestras ciudades, poniendo en peligro la integridad de los   miles de viandantes que circulan por las mismas, miles de patinetes ELÉCTRICOS que van a una buena velocidad, esquivando despistados peatones. Los accidentes para el conductor, que no lleva protección ninguna, ni siquiera casco y