¿Una plaga peligrosa?

octubre 25, 2018

Madrid, es una gran ciudad donde el tráfico de vehículos forma una amalgama monstruosa, difícil de digerir por sus vecinos y visitantes, y donde las sorpresas y problemas surgen a diario.

Había y hay un juguete consistente en una plataforma alargada sobre ruedas, generalmente provista de una barra y un manillar para conducirla, y que se dirige poniendo un pie sobre ella e impulsándose en el suelo con el otro, vamos el clásico “patinete”, que todos en algún momento, hemos usado. Tiene la ventaja, que tienes que usar las piernas para desplazarte haciendo un sano ejercicio y los accidentes, si es que ocurren, suelen ser de poca monta.

Pero ahora han surgido como por encanto, por las aceras de nuestras ciudades, poniendo en peligro la integridad de los miles de viandantes que circulan por las mismas, miles de patinetes ELÉCTRICOS que van a una buena velocidad, esquivando despistados peatones. Los accidentes para el conductor, que no lleva protección ninguna, ni siquiera casco y para la gente que circula despistada por la calle, por desgracia se van a producir con graves consecuencias, para unos y otros. Es necesario, que las autoridades, quiten ese tráfico de las aceras, y habiliten o bien los carriles-bus o de bicicletas, para que circulen estos vehículos, salvaguardando así la integridad física de los viandantes.

Para los conductores (a los que se debe exigir, casco de protección) es un frágil vehículo, el que conduce, muy cansado de llevar ya que agarrados al manillar, siempre tienen que ir de pie y sin moverse, por lo de considerar esto conducción deportiva, me parece un absurdo total.

Ya existen modelos con un asiento, para el inhiesto conductor y se anuncian modelos, con todo tipo de adelantos técnicos para los muy exigentes.

Pienso en la bicicleta, como un artefacto más apto para hacer deporte (también hay que bajarlas de las aceras y llevarlas a sus correspondientes carriles), en esta ciudad tan peculiar y de ambiente tan enrarecido, donde o bien te mata el golpe de un patín que choca contra ti o la contaminación te da pasaporte VIP, para ir al otro barrio, pero cada uno puede elegir, es su derecho, la forma de morir. “DE MADRID AL CIELO Y UN AGUJERITO PARA SEGUIR VIENDOLO...”