Música al atardecer
Estos tiempos, de los últimos días del mes de octubre con el otoño y sus grises encima, nos induce al ensueño, a mirarnos dentro, a pensar. El sol parece haber perdido su anterior viveza veraniega, calienta pero menos, aquí sí que cabe, eso de calienta pero no quema, todos estos pensamientos van pasando por mi cabeza, mientras paseo lentamente por las calles rectas y bien trazadas de la medieval villa alavesa de Laguardia. Las pétreas casas-palacio, solar de las principales e históricas familias de la localidad, con sus paredes jalonadas de los maravillosos escudos que dan testimonio de la nobleza del lugar, son como una guardia de honor, que me escolta durante mi ensoñado paseo, por las calles de la histórica villa. Me asomo a cualquiera de los muchos miradores que jalonan el lugar y me doy cuenta, la importancia defensiva que tenía Laguardia, en la planificación defensiva de su fundador, el rey navarro Sancho VI, para poner a salvo sus reino, de los ataques enemigos.