Tengo que hacer un equipaje
El
poder viajar a casi todo el mundo, con
comodidad, es una de las grandes conquistas sociales del ser humano actual y se
está llevando hasta límites insospechados.
El
viajar lleva un problema conexo, hay que hacer el equipaje o sea que me refiero
a las maletas, bolsos, maletines y demás contenedores, donde las personas que
viajan trasladan todo lo que van a necesitar durante el viaje, posibles
desplazamientos y sorpresas que puedan suceder durante el mismo.
Hay
una primera escena a realizar, para lo que podemos llamar “operación equipaje”,
inquirir que tiempo ambiental va a hacer en destino, durante el tiempo que
estemos allí y en origen, a la vuelta. Conseguimos la información, pero no nos
la creemos, ¿ si no aciertan, qué hacer?. Añadir “por si acaso” algo para
cubrir la emergencia producida por el error en el pronóstico inicial, ¿y si nos
invitan a un acto no programado de antemano?, añadir más por si acaso... y así
en función del número de ¿y síes? que se nos ocurran juntos a sus ¿por si
acasos correspondientes?, hace que el equipaje, consiga rápidamente la
categoría de voluminoso o muy voluminoso, con sus consiguientes regueros de
molestias de todo tipo. Hay una segunda
escena, normalmente a la vuelta nos damos cuenta de que del voluminoso
equipaje, solo hemos usado aproximadamente la quinta parte del contenido,
porque no se ha producido ningún “y si”, ya que ha sido un desplazamiento
normal.
Esta
planificación clásica, ha sido totalmente revolucionada con la entrada en el
panorama viajero, de las compañías aéreas de bajo precio (low cost), que han
reducido el peso del equipaje de sus pasajeros a límites insospechados,
gravando el sobrepeso con precios astronómicos, para aumentar así el número de
asientos por vuelo y tener margen junto a otras medidas a reducir el importe
del billete.
La
inventiva humana ha sido, es y será muy fértil para inventar algo para no pasar
el peso de la escasa “franquicia de equipaje de las low cost”. Personas que se
ponen tres chaquetas encima en pleno verano, cuatro camisas y cuatro pantalones
para aliviar el peso del equipaje y no salirse de la franquicia....
“DISFRUTEMOS
VIAJANDO, CON UN EQUIPAJE SENSATO”
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