Me voy de vacaciones y cierro momentáneamente
Tal como se está desarrollando el otoño, en todos los órdenes, posturitas y mala educación a raudales, me lleva a sentir un hastío inmenso viendo lo que pasa a mí alrededor por lo que siento la necesidad de ir a buscar un suplemento de energía para poder ir trampeando más o menos normalmente, por el camino, a veces tortuoso, de mí ya larga vida. Tengo que irme, de este nido de “urbanitas locos” que vivimos en Madrid y tomar distancia de la catarata de cosas incomprensibles que están, pasando, a ver si así las entiendo, por qué comprender, no creo. ¿A dónde ir?, para mí es muy sencilla la contestación a esta pregunta, A LA ISLA DE GRAN CANARIA, para situarme en el punto por donde entraron los castellanos, para conquistarla a sus aborígenes, los guanches, LA PLAYA DE LAS CANTERAS que con la posibilidad de ver el TEIDE, en los días claros, forma una escenografía ideal para descansar, pensar y soñar, que tanta falta hace a todos. Pienso que por desgracia, somos demasiado re