La Climatología y el carácter
Los
seres humanos como animales racionales que somos mantenemos, aunque muchas
veces lo olvidemos, una estrecha vinculación con el entorno. Nuestra naturaleza
animal está estrechamente ligada con la naturaleza y sus leyes, aunque
insistamos una y otra vez en desvincularnos de este entorno construyendo
hormigón y cemento farmacológico a nuestro alrededor, como huyendo del origen
que nos es ineludible.
De
hecho hay un instinto primario en nosotros que hace que realmente encontremos
la tan ansiada tranquilidad y paz estando en entornos naturales solamente. La
simple visión del mar, el olor a hierba mojada, el ruido de un bosque, un
viento apacible, el ruido de la lluvia al caer sin prisas...nos transmiten
estados de profundo bienestar, que no se logran con pastillas.
El
clima, los distintos fenómenos meteorológicos, las presiones atmosféricas
pueden y de hecho lo hacen influenciarnos más
de lo que nosotros pensamos. La “Metereo-sensibilidad” estudia, como el
clima y el tiempo nos afectan, en España entre un 30 ò 50% de los habitantes,
se consideran meteorosensibles, según las regiones donde vivan. Aunque un gran
porcentaje de la población, se resiente también cuando hay cambios bruscos de
tiempo, o de condiciones climáticas. La temperatura, que llaman los expertos de
confort, está señalada en nuestro país, entre 22 y 25º, por encima y por debajo,
comienzan los trastornos, que suelen afectar tremendamente a nuestro carácter y
manera de estar.
Cuando
la temperatura, sube de estos parámetros, cosa típica del verano y en función
de la cuantía de la subida, se dan en el ser humano, entre otros, los
siguientes fenómenos: La circulación sanguínea aumenta para radiar el calor
sobrante, se suda más, utilizando el cuerpo ese exceso para refrigerarse, se
orina menos y esto tendrá una consecuencia directa en un comportamiento más
sensible y agresivo, del individuo. Como consecuencia directa de esto, la tasa
de asesinatos, actos de violencia,
separaciones, divorcios, abusos de sustancias tóxicas, aumentan de manera muy
notable, coincidiendo con estas épocas veraniegas de temperaturas elevadas o
elevadísimas. Los fríos intensos, producen problemas circulatorios y de piel.
En
primavera y otoño las depresiones endógenas (de causa no conocida), aumentan de
manera significativa, así mismo, el número de suicidios se suele disparar también. Los trastornos de
todo tipo alérgicos, traumatológicos, digestivos, neurológicos, respiratorios...
aumentan en estas épocas del año.
¡¡¡EN
ESOS CAMBIOS ESTACIONALES, VIGILEMOS EL CARÁCTER Y NUESTRAS REACCIONES
PERSONALES Y VIVENCIALES, ES IMPORTANTE, ACTUANDO EN CONSECUENCIA!!!
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