Prostitución democrática de la Democracia
...Si no
hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se esta
enfermo, si hay ignorancia y no se
respetan los derechos fundamentales de las personas, la Democracia es
una cascara vacía, aunque los ciudadanos
voten y voten y tengan un parlamento elegido democráticamente...
NELSÓN
MANDELA (Discurso de Ushuaia 1998)
El pensamiento del líder sudafricano,
viene ni pintado para su traslación a la situación actual de la política
española que después del fracaso de las pasadas elecciones, y la pronta
celebración de otras (10N), se enfrenta a un futuro borrascoso incierto, sin un
programa claro de actuación por parte de ningún partido. Los intereses
personales y partidistas han prevalecido, sobre los generales del país.
En la calle, se palpa un
desinterés generalizado sobre los próximos comicios. El pueblo llano y con
razón, piensan que los candidatos que presentaran los distintos partidos a los
próximos comicios, son los mismos que presentaron a los anteriores, con algún
añadido estético para personificar un cambio de ideas que no existe.
¡¡¡QUE NO ME BAJE EL
NÚMERO DE ESCAÑOS, POR FAVOR, QUE ENTONCES COBRO MENOS SUBVENCIÓN¡¡¡ ¡¡¡PROMETO
QUE ME ALIO CON CUALQUIERA QUE ME LO GARANTICE!!!, piensan obsesiva y
ansiosamente los dirigentes de nuestras asociaciones y partidos políticos, ante
el 10-N, lo demás no importa, el tiempo lo arreglara si lo arregla.
Los problemas no se arreglan,
con las soflamas electorales que tanto gustan a los asistentes a los actos de
promoción partidista, sino con vocación de servicio, programa, inteligencia y
preparación.
El tiempo pasa sobre todos
y para todos, me refiero a la CONSTITUCIÓN del 78. Sobre la que se nota en su
articulado el paso del tiempo, hay que suprimir párrafos, modificar y añadir
otros nuevos y sobre todo, ¡¡¡cumplir con su contenido de verdad!!!.
Viendo cómo van sucediendo
los acontecimientos políticos en nuestro país, se hace cada vez más urgente, la
modificación en profundidad de la actual “Ley Electoral”, para hacerla más
ajustada a la voluntad democrática de los electores, más económica en su
aplicación (desinflar esta burbuja electoral, que estamos sufriendo y que tanto
dinero está costando al erario público) y evitar la prostitución del sistema.
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