El nido vacío
El
nido vacío
Este
“síndrome del nido vacío”, por razones socio-económicas de todos conocidas, se
daba antes con mayor frecuencia que ahora. Independizarse hoy mismo a un joven
es bastante difícil. Por distintas razones, es muy alta la edad de abandonar
completamente el hogar por falta de medios, aunque siempre y sobre todo la
sombra benéfica de la madre, volara sobre el nuevo hogar, para evitar problemas
a los independizados, casi a la fuerza.
“El
síndrome del nido vacío” es una sensación general de soledad que los padres u
otros tutores pueden sentir cuando uno de sus hijos abandona el hogar. Aunque
es más común en las mujeres, puede ocurrir en ambos sexos.
También el vivir con otra persona sobre
todo si es del sexo opuesto puede provocar sentimientos
parecidos ya que el papel e influencia de los padres a menudo se vuelve menos
importante, que los del nuevo compañero.
Un
lazo maternal o paternal fuerte entre los padres y el hijo suele empeorar esta
condición. El papel de un padre cuando el hijo aún vive con ellos es más
inmediato y cercano que el que es posible cuando viven en diferentes hogares,
particularmente si la distancia física entre ambos significa una mayor
dificultad para visitarse.
Es
normal que los padres tengan mucho más tiempo libre cuando un hijo se va del
hogar, especialmente si ya no quedan más hijos en casa. Normalmente se aconseja
que los padres encuentren nuevas actividades y distracciones para ocupar ese
tiempo. Sin embargo, algunas depresiones por este motivo pueden ser muy
severas, en cuyo caso es recomendable buscar ayuda especializada.
Algunos
padres podrían evitar o aminorar los
efectos de este síndrome, entrenándose, cuando los hijos se van acercando a la
edad adulta, preparando su mente para el momento en que ocurra la separación,
de manera que “no les pille de sorpresa”. Como padres, pueden pensar que la separación va a llegar tarde o temprano,
así que uno puede pensar y hacer su vida, imaginando que ya vive sin la presencia
de sus hijos, lo que conlleva empezar a pensar y dedicar más tiempo a sus
propias amistades, aficiones y ocupaciones, que al cuidado de sus hijos e
hijas.
¡¡¡AYUDEMOS
A NUESTROS HIJOS A QUE DE VERDAD VUELEN FUERA DEL HOGAR Y A ENFRENTARSE CON LA REALIDAD
DE SU VIDA EN SOLITARIO Y DE MANERA ADULTA!!!
Comentarios
Publicar un comentario