También en el clima, ya somos norteamericanos

octubre 16, 2018

Norteamérica ha dado constantemente pábulo, con sus grandes ciclones y constantes alteraciones del clima, a grandes titulares bautizando a estos fenómenos, alternativamente con nombres masculinos o femeninos como para intentar suavizar sus posibles efectos dañinos.

En España la predicción del tiempo ha dependido o bien de la observación de un pastor o agricultor, que por estar siempre en el campo, lo observaba todo, sabiendo que si el aire tiraba en una determinada dirección, habiendo nubes de una determinada forma, las lluvias, las nieves o el calor estaban a la puerta. Como tenía fama de sabio, los vecinos le preguntaban y el daba su pronóstico personal, que muchas veces acertaba, produciendo la admiración de todos. Posteriormente aparece “el Método de las Cabañuelas” “el Calendario Zaragozano” y otros, aunque todos se basaban en observaciones y extrapolaciones personales.

También ciertos dolores y alteraciones en la salud de ciertas personas, era síntoma inequívoco de cambios en el tiempo reinante, esto eran y son verdaderas alertas meteorológicas.

Pasa el tiempo y las predicciones se oficializan, aparecen organismos gubernamentales con alta dotación de materiales precisos, manejados por personal altamente adiestrado y preparado (INM, luego convertido en AEMET). Prensa, radio y televisión dan cobijo al tiempo, porque saben que es noticia que interesa a todo el mundo. Surgen en estos medios, auténticos meteorólogos estrellas., sus predicciones se tienen en cuenta (para hacer planes) y se comentan. Borrascas, bajas presiones, isobaras... son palabras en boca de todos, y siempre suelen figurar como habituales en las conservaciones.

Parece quiere seguir atemorizando al personal con el tiempo. Lo que antes era una gran borrasca, se convierte en una ciclogénesis explosiva, la lluvia y la nieve ahora son meteoros líquidos y así sucesivamente, hasta nos llegan restos de ciclones tropicales, también ponemos nombres masculinos o femeninos, según toque (Como en USA), somos iguales. La gente está empezando a coger miedo con el uso de este nuevo lenguaje meteorológico, y no lleva a nada bueno. Solo falta que den los pronósticos en inglés, al paso que vamos lo veo factible.