Breviario para un político (19)

No intercedas por otro ante tu señor más que de forma excepcional: si obtienes del él una gracia para otro, será como si la hubieses reclamado para ti, de modo que no es prudente solitarla demasiado a menudo para reservarte su favor.

Si no puedes evitar censurar a ciertas personas, no critiques nunca su insensatez o su incompetencia. Di, por  ejemplo, que sus proyectos o sus iniciativas son absolutamente dignos de elogio. No obstante, pon de relieve las graves dificultades que les aguardan o el coste elevado de su empresa. Actúa siempre como el defensor de las libertades del pueblo.

Si quieres atraerte la simpatía de las personas del pueblo, promételes a cada una en persona gratificaciones materiales: son las que causan efecto; al pueblo, la gloria y los honores le son indiferentes.

Si un inferior te invita a su mesa, acepta y no te permitas ninguna crítica; compórtate con todo el mundo con exquisita cortesía. No obstante, aunque distendido en la conversación, debes conservar una cierta gravedad en tu actitud.







Cualquiera que haya sido el método que hayas utilizado para obtener el favor de alguien, utilízalo también para conservarlo. Si, por ejemplo, le has prestado muchos servicios, tendrás que seguir prestándoselos si quieres conservar el favor obtenido y no perderlo nunca.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Segovia es asado, el asado es Segovia.

Tempus fugit

Saber retirarse a tiempo