Llévame…

La vida del ser humano, no deja de ser más que un camino de “Eros a Thanatos”, es decir el trayecto del nacimiento a la muerte. En esa especie de vuelta ciclista por etapas, que es la existencia, cada una de las mismas va dejando imágenes imperecederas en nuestra retina.

Como prueba deportiva, que es nuestra vida hay que vivir esta con intensidad. 

Empezamos con la fuerza de la niñez y de la juventud, circulamos a gran velocidad, las imágenes se agolpan en nuestra retina, no sabemos normalmente paladear las situaciones, eso lo haremos cuando seamos más viejos y haya que frenar la velocidad vital, es un buen deseo que casi nunca se cumple. Aunque la fuerza empiece a faltarnos, intentamos seguir nuestro ciclo vital a toda pastilla, sin pensar en el poco tiempo que nos va quedando, ¡¡¡ para vivir la vida!!! .

Parece mentira que nuestra existencia sea una continua preocupación por tener, tener y tener, olvidándonos miserablemente de lo que hemos sido, somos y queremos ser, que es lo que de verdad va a hacer de nosotros sujetos y directores de nuestra vida, con todos sus claros, oscuros, aciertos y fracasos.

Vivamos con tranquilidad nuestra existencia, disfrutando de todo lo que nos da la vida gratuitamente y despreocupándonos de cosas que parecen imprescindibles y fundamentales y no lo son, para esa carrera por etapas que es nuestra existencia. Disfrutemos de la naturaleza, la belleza en todas sus manifestaciones, las artes y todas las expresiones del saber y los sentimientos humanos… Si no llegamos, pidamos ayuda a los que nos rodean, como un singular Atendo, tengamos la humildad en ese caso de decir Llévame…








Todos debemos tener diseñado el viaje hacia Thanatos, para cumplir nuestro programa vital que es lo que va a hacer nuestra vida fructífera, grata, gratificante y a recordar por los que nos siguen, el hecho de que nos recuerden nos va a permitir vivir sin estar presentes en el corazón de los que nos quieren. 

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