Masía Bach


Bach, apellido de los hermanos Pere y Ramón, llegó a tierras del Penedés a principio de siglo. Nació cuando estos dos hermanos decidieron abandonar Barcelona para instalarse en Sant Esteve de Sesrovires. Posiblemente los beneficios obtenidos por el comercio del algodón fueron los que les permitieron invertir en la puesta en marcha de Masía Bach

la bodega. Corría el año 1915 y el lugar elegido para la nueva aventura fue la finca “Can Estrada” a la que siguieron “Can Joan” “Can Poch” y “Sant Joan de Jamosa”, hasta sumar una extensión de 365 ha. La cosecha de 1920, a base de Xarel-lo y Macabeo, marcaria la puesta de largo de la bodega.

En 1918 comenzó a construirse la bodega-mansión de los Bach. No se buscaba la refinada línea francesa de los Châteaux de Burdeos, ni el clásico rural catalán, ni la estética industrial o neogótica.  Al final, el arquitecto José María Sala unió renacentismo de la Toscana con los aires del mediterráneo español.

Conocida como “el palacio del vino”, los Bach, deseaban hacer vino destinado al envejecimiento. Con 1000 barricas de roble de medidas bordelesas, buscaron en su pasado textil un nombre para el vino, “EXTRISIMO”,  palabra con la que se conoce al algodón de primera calidad traído de Oriente.

En 1969, Masía Bach pasa a manos de Carulla Canals que inician una revolución tecnológica en la bodega, que culmina con la compra definitiva en 1975 por la familia Raventós y que supuso una total revolución tecnológica en la filosofía del cultivo de la vid, con la entrada de los últimos avances científicos en este campo.

Masía Bach se abastece exclusivamente de viñedos de la Denominación de Origen Penedés, repartidos entre las variedades tintas Tempranillo, Merlot, Cabernet Sauvignon, y las blancas Xarel-lo, Macabeo, Parellada, Chardonnay y Chenin Blanc.


Tienen muchísimos metros de galerías subterráneas destinadas al envejecimiento del cava. 

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