VERSOS OCTOSILABOS

Los infantes de la Cerda
bajan de los sus caballos,
y con altivez y brío
recorren todo el palacio.
Su presencia pone en fuga
a damas y cortesanos,
no por lo fiero del porte,
sino porque van dejando
un tan espantoso tufo,
tal pestilencia, que acaso
no la borrasen tres baldes
de aloe, de mirra y de sándalo,
Los infantes de la Cerda,
haciendo honor a su rango
y nombre, a chotuno huelen,
pues son bastante marranos.


RIMADO DE PALACIO







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