A la suerte se la espera trabajando

Se define la suerte, como: Destino, casualidad o fuerza desconocida que determina el desarrollo de los acontecimientos, o circunstancia de lo que ocurre resulte favorable o adverso. España como país sur mediterráneo y con claras influencias en su imaginario de ramalazos de fatalismo árabe, todo o casi todo lo fía a la casualidad, la improvisación o a la suerte.

En estos tiempos navideños, esto se pone de manifiesto en una compra compulsiva de papeletas para participar en la lotería de Navidad, en esta y en los numerosísimos sorteos que se celebran a lo largo del año, el auténtico ganador es el Ministerio de Hacienda, que pone a la venta cientos de miles de papeletas para estos sorteos y de la enorme recaudación que obtiene, solo paga un escasísimo tanto por ciento de la misma en concepto de premios, siempre que se haya vendido la paleta premiada, ya que si no, el importe pasa al organismo recaudador. Encima la gente con una inconsciencia total se pegan por  números bonitos o significativos como si fueran esos los únicos que entran en el bombo, o son una póliza  de suerte.

Estudiando  aunque sea muy por encima la Historia de España, vemos con sorpresa que la época de mayor auge en el mundo, de nuestro país, es cuando la suerte se nos puso de cara decantando a  nuestro favor una  equivocación. Para mí fue una equivocación propia de un mal profesional de la mar, la expedición de Cristóbal Colón, pensó en ir a las Indias y apareció en el continente Americano, lleno de riquezas y empezó  así nuestro poderío en el mundo que duró aproximadamente dos siglos, repito producto de una casualidad.

En nuestro mundo la vida tanto como personas singulares o como entes nacionales hay que hacerla trabajando y porfiando en conseguir nuestros fines particulares o nacionales y si encima nos ayuda un poquito la suerte miel sobre hojuelas, llegaremos antes.

En exámenes y otras pruebas de acceso a puestos en competencia con muchos contrincantes, ¡¡¡ trabajo, trabajo y trabajo!!! y luego suerte.