El W.C, como lugar de inspiración
Un hecho que frecuentemente ocurre
en casa de una familia normal. Está todo el mundo haciendo sus menesteres
corrientes y alguien desaparece, nadie le echa en falta, ¿estará en su cuarto o
haciendo algo?, se pregunta el resto, pasa el tiempo y el ausente no hace acto
de presencia, ¿le habrá pasado algo? Esta pregunta coincide con unas tremendas
ganas de ir al WC, por parte de otro miembro de la familia, este empuja la
puerta del escusado, esta no se abre, se oye la voz del ausente, que lleva más
de media hora, en el trono ¡¡¡ Ya voy, ya voy, ni aquí me dejáis tranquilo!!!,
el que siente necesidades imperiosas empieza a gritar.
¿Qué encontrarán algunas personas
de tranquilizante, en el encerrarse entre las cuatro paredes del WC, para quedarse
en paños menores?. El acto evacuatorio, por definición, salvo enfermedad por
medio, es de corta duración. ¿Por qué se llevan periódicos, libros, Pcs, e
inclusive documentos, para analizarlos y estudiarlos en semejante posición? ¿el
fresquito o el calor en las partes pudendas, favorece un mejor funcionamiento
de las neuronas? ¿produce tanta felicidad y ensimismamiento ese encierro, que
nos olvidamos de los que están esperando?. Se me dirá, que el que espera y
desespera se vaya a otro sitio ¿es eso siempre posible?.
Pienso que una de las causas de
infelicidad actualmente de los seres humanos es la falta de un espacio privado,
en el que la persona pueda encontrarse a si misma, no tenemos espacios, ni en
nuestro propio hogar para mirarnos hacia dentro. Todo hay que hacerlo en
comunidad.
Es curioso observar la cara al
salir de la persona voluntariamente encerrada, es una cara de asombro, de regaño e inclusive de pena ¿pero qué pasa?
¿si solo llevo cinco minutos? ¡¡¡ no me dejáis vivir!!!. Se aleja muy
dignamente, sintiéndose ofendido por el egoísmo ajeno.
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