¡¡¡ En la del niño cae!!!
Los pueblos sur mediterráneos de
clara influencia cristiana, fían la
solución de sus problemas en último extremo a la providencia, a la suerte. En
contraposición a pueblos de marcado carácter calvinista que piensan en el
trabajo para solucionar sus cuitas.
En las fiestas navideñas
actualmente en curso, uno de los principales protagonistas es la llamada,
LOTERIA NACIONAL, pérfido invento de los hacendistas del rey Carlos III, que
proporcionó y proporciona pingues beneficios al Estado que genera y patrocina
el juego.
En épocas anteriores era este el
único juego que existía, con la perspectiva de ganar importantes cantidades de
dinero, si tú decimo era premiado. Actualmente el número de juegos se ha
multiplicado exponencialmente y ha desatado una autentica marea de compra de
participaciones (ONCE, QUINIELAS, PRIMITIVAS diversas, RIFAS…).
La LOTERIA NACIONAL ha perdido por la multiplicidad de oferta y
la oferta de premios de cuantía más reducida, gancho. Aunque aquí la antigüedad
es un grado por lo que la gente espera con gran ilusión y expectación, la
celebración del sorteo el 22 de Diciembre. Este recibe el refuerzo de la
transmisión en directo del mismo por todas las cadenas de radio y TV existentes. Cuando sale el premio mayor,
llamado GORDO, en recuerdo de que era el único importante que se sorteaba, una
especie de aullido o respiro de la emoción contenida flota en el ambiente, se
oye aquello de ¡¡¡ ha salido EL GORDO!!!
Termina el sorteo, y con
inmediatez electrónica, salen las listas con los números premiados en todos los
medios (Periódicos, Smartphones, Tabletas…), la gente corre a informarse a ver
si ha tenido suerte y le ha tocado algo importante, cosa que ve que no, sigue a
ver si le ha tocado algo más pequeño, sigue siendo que no…Con una cierta
desesperación tira los décimos y participaciones a una papelera ¡¡¡ otra vez
será, a la próxima, para el NIÑO (se llama así al primer sorteo del año
siguiente, por la proximidad a la fiesta de los Reyes Magos) !!!
Comentarios
Publicar un comentario