Soneto en que condena por cruel el alivio que da la esperanza
Diuturna
enfermedad de la esperanza
que
así entretienes mis cansados años
y en
el fiel de los bienes y los daños
tienes
en equilibrio la balanza;
que
siempre suspendida en la tardanza
de
inclinarse, no dejan tus engaños
que
lleguen a excederse en los tamaños
la
desesperación o la confianza;
¿quién
te ha quitado el nombre de homicida,
pues
lo eres más severa, si se advierte
que
suspendes el alma entretenida
y
entre la infausta o la felice suerte
no lo
haces tú por conservar la vida
sino
para dar más dilatada muerte?
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