¿Los regalos cariño o costumbre social?

Un regalo es un presente que se hace a una persona, para conmemorar una fecha o acontecimiento especial y con el demostrar el aprecio que le tenemos.

Ese aprecio puede surgir del corazón o de la costumbre, y dependiendo del origen nuestra forma de actuar es diferente. Tanto es así, que una de las más importantes cadenas comerciales españolas, lanzó el slogan de “practique la elegancia social del regalo” para incentivar esta costumbre. Yo estoy en desacuerdo con eso, el regalo no está en la importancia o el valor económico de lo regalado, el auténtico regalo es para mí, el tiempo que una persona que me estima y me quiere me ha dedicado, para buscar algo que me pueda agradar y hacerme de esta manera la vida un poquito más feliz. El regalo no es una costumbre, es algo que sale de lo más íntimo, para agradar a una persona.

Debe ser original, sorpresivo, agradable, íntimo y que conecte con las aficiones de  a quien queremos agasajar. Existe  una costumbre que cada vez se va extendiendo más, y es regalar dinero, con el pretexto ¡¡¡ no sé qué comprarte, como tienes de todo, cómprate lo que quieras!!! Así se cargan en un momento el factor sorpresa tan importante en el acto de regalar y con  el dinero parecen querer comprar el cariño y atención del regalado ¿prostitución?

Otra manera de romper el tan importante factor sorpresa de los regalos, es que estos sean de uso personal: ropa interior o exterior, calzado tanto de vestir como de andar por casa. Eso lo podemos comprar  siempre y a nuestro gusto.

Con un regalo nunca tendremos la certeza de acertar al 100%. Imaginemos si aún cojo, o aún  paralitico, le regalamos un manual para correr  el maratón ¿acertaremos?









No  hagamos regalos por practicar la elegancia  social sino para contentar y satisfacer a la persona de nuestro entorno, y si  no acertamos plenamente lo que nos falte hasta el 100%, lo suplimos con cariño ¡¡¡ACERTAREMOS SIEMPRE!!!

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