Soneto al realismo esperanzado
Verde
embeleso de la vida humana,
loca esperanza,
frenesí dorado
sueño
de los despiertos intrincado,
como
de sueños, de tesoros vana;
alma
del mundo, senectud lozana,
decrépito
verdor imaginado,
el hoy
de los dichosos esperado
y de
los desdichados el mañana;
sigan
tu sombra en busca de tu día
los
que, con verdes vidrios por anteojos,
todo
lo ven pintado a su deseo:
que
yo, más cuerda en la fortuna mía,
tengo
en entrambas manos ambos ojos
y
solamente lo que toco veo.
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