Las manchas me persiguen

Leyendo la prensa u oyendo los noticiarios de radio y TV siempre hay noticias relativas a que hay personas que son perseguidas por   extraterrestres, trolls u otros genios traviesos que ponen un punto de originalidad en sus vidas. Yo afirmo solemnemente que soy perseguido con ferocidad por las manchas, desde luego manchas de todo tipo.

En un día cualquiera me levanto, me arreglo, me pongo una ropa inmaculada y me dispongo a efectuar alguna comida. Me siento en la mesa, con un parecido terrible a una momia egipcia, todo cubierto de servilletas para evitar percances, mi aspecto es risible, pero todo sea por  defenderme de las variadísimas manchas que siempre me persiguen.

Comienza la comida,  estoy continuamente mirando de reojo mi envoltorio de servilletas a ver si encuentro el cadáver de alguna enemiga estampado en mis casamatas defensivas, ¡¡¡ qué alegría !!!, no veo ninguna, ¿las habré vencido?
Me empiezo a quitar el conjunto de servilletas y trapos protectores, con gestos y ademanes de un triunfo sobre ellas, pero mi alegría se diluye como un terrón de azúcar en un vaso de agua. Oigo las voces con tono de fiscal acusador de algunos miembros de mi familia, diciendo ¡¡¡ tienes una mancha en el cuello de la camisa!!! o ¡¡¡ en la manga, hay grasa como para hacer un cocido ¡!!!... Entonces pienso ¿cómo se habrán colado? el atravesar la línea blanca de defensa es bastante difícil ¿Cómo lo habrán logrado, cómo?...

Me siento enfrente de mi mujer, a comer o a tomar algo, yo siempre me mancho y ella no. He llegado a pensar que lo mejor es ponerme a su lado y no enfrente y tratar de defenderme así del ataque.

De las manchas que siempre me atacan he hecho un estudio y las que más me persiguen son las de aceite, tomate y kétchup son las contumaces y los lugares preferidos a los que siempre llegan, a pesar de las defensas, son pantalones y camisas.




Brindo gratuitamente estos hechos para que los expertos hagan una película de terror.


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