Soneto de un desengaño, que se pretende olvidar
Dices
que yo te olvido, Celio, y mientes,
en
decir que me acuerdo de olvidarte,
pues
no hay en mi memoria alguna parte
en
que, aún como olvidado, te presentes.
Mis
pensamientos son tan diferentes
y en
todo tan ajenos de tratarte,
que ni
saben ni pueden olvidarte,
ni si
te olvidan saben si lo sienten.
Si tú
fueras capaz de ser querido,
fueras
capaz de olvido; y ya era gloria
al
menos la potencia de haber sido.
Más
tan lejos estás de esa victoria,
que
aquéste no acordarme no es olvido
sino
una negación de la memoria.
Comentarios
Publicar un comentario