Una elección difícil: comprar pan


En el mundo actual cualquiera de nuestros actos se convierte en algo plebiscitario, donde si bien lo que se pretende es algo personal, la resolución se convierte en algo hamletiano, ¿acertare o no acertare?, me influye: la publicidad, el medio social, familia, medios de comunicación...
Pero donde la duda adquiere caracteres de dilema, es cuando vamos a hacer algo tan sencillo como comprar pan. En las proximidades del establecimiento ya comienzan a asaltar las dudas; ¿Pan de harina normal o integral?, ¿con fibra o sin fibra?, ¿de corteza dura o blanda?, ¿de qué cereal? …
Llegamos al establecimiento con la cabeza llena de las preocupaciones mencionadas, nos encontramos con unos anaqueles donde se nos muestran una serie de panes que añaden más dilemas ¡¡¡ NOS VAMOS A VOLVER LOCOS!!! Hay pan: de masa madre, del camiño, de siete cereales, de veinte, para sopas... Se nos acerca el dependiente para preguntarnos, ¿qué desea? le miramos con ojos sorprendidos y le pedimos “dos pistolas, por favor”, lo tradicional. Tengamos siempre para todo un juicio claro y no nos compliquemos por estúpidos factores externos impuestos que entorpecen nuestra libertad de ciudadano.


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