Tutear o una familiaridad de cartón piedra


La Real Academia Española en la actual edición de su Diccionario, define la acción de TUTEAR: como dirigirse a alguien empleando el pronombre de segunda persona para el trato de confianza o familiaridad.
Actualmente vivimos en un mundo con una indigestión de conceptos francamente preocupante, confundimos y tergiversamos. Digo esto en relación con el tan traído y llevado tuteo. Ocurren casos realmente singulares, si la RAE habla de trato de confianza o familiaridad, que trato de familiaridad tengo yo con un empleado/a de un gran almacén, boutique, restaurante, etc., que se dirige a mí de esa forma.
Que trato de confianza y familiaridad tiene un enfermo/a, que se ve abordado en la sala de un hospital, por un enfermero/a, médico/a que le saluda, tuteando “Hola Rosa o Pepe”, el enfermo/a que no está acostumbrado, entre su enfermedad y este trato extemporáneo, le asusta.
No podríamos volver a usar la facilidad que nos da el bellísimo idioma español: Usted; para personas desconocidas, mayores o de representación y tutear a personar a las que nos unan vínculos de confianza o familiaridad, facilidad que no tienen otros idiomas. A ver si es verdad, es una muestra de respeto a los demás.



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