La fauna del móvil (2)
Seguimos revisando los especímenes humanos a los que ha dado lugar, el uso indiscriminado del aparatito. Hoy nos toca el tren y los autobuses interurbanos.
Llegamos a la estación de ferrocarril desde donde vamos a iniciar nuestro viaje, localizamos el tren, nos subimos, nos aposentamos en nuestro asiento y a esperar que salga, pero no….Vemos llegar a un viajero muy apresurado, es nuestro vecino de viaje, bueno el asunto parece normal, pero no, por la megafonía, se da aviso de que se pongan en silencio los aparatos y que se hable en los estribos para no molestar.
Empieza el viaje, suena un timbre, es el móvil del vecino. Lo coge, desoyendo los consejos iniciales, comienza a hablar. Empieza comentando que le duelen los pies que se ha quitado los zapatos, para estar más cómodo, ¡¡guarro!! . Dentro de dos horas va a tener una reunión, va explicando la forma de actuación que va a tener en dicha reunión, lo cabrones que son todos los asistentes, lógicamente menos ellos, lo que va ofrecer, lo que va a pedir, lo que va a negar…. No se da cuenta que va con otras personas a las que sus cuitas personales, profesionales, amorosas no les interesan nada. No puedo más, ve voy a la cafetería, a tomarme un café, que por cierto me sienta mal.
En los autobuses lo mismo, con el agravante de que tienes que permanecer sentado, ¡¡¡que castigo!!!.
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