¡¡¡ Mi móvil no funciona ¡¡¡
Amanece el día, en una casa media de una familia media
en una ciudad media española. La familia
comienza a desperezarse para levantarse, desayunar e iniciar sus trabajos
diarios. Al poco en la cocina, se oye un grito, un grito diría yo casi
desesperado que inundó toda la casa ¡¡¡
Mi móvil no funciona ¡¡¡. ¡¡¡ Qué importa quien profirió el grito¡¡¡ alguien
de la familia se había quedado desconectado, ese era el problema. El tiempo apremia, se van todos, con el
inmenso pesar de que alguien de la familia de momento había quedado
incomunicado.
Para mí, el teléfono móvil,
más que un elemento o
signo de progreso es el emblema de una
nueva esclavitud que atenaza a la persona actualmente. Bien está tener un medio
para comunicar o que nos comuniquen
cualquier noticia, buena o mala que nos pueda afectar. ¿Pero es lógico que
existan comunicaciones constantes, para informar que hemos comido, como está el
día climatológicamente hablando, preguntar una receta culinaria…?
Hay
personas que acaban de estar junto a otra persona hablando, se despiden y al
cuarto de hora tienen la necesidad de volver a hablar telefónicamente otra vez :
¿ Se tendrán algo que decir, digo yo, si
hace tan poquísimo tiempo que se han visto?, ¿no estaremos entrando en un nuevo
Trastorno Obsesivo Compulsivo, por culpa del móvil?...
Hemos
perdido libertad con el uso del popular
aparatito. ¡¡¡ Antes si no querías hablar con una persona, con no contestar
bastaba¡¡¡ y siempre podías poner el gran pretexto de que no estabas en
casa o que no oíste el teléfono, pero ahora queda grabado nombre y número de
quien te llama…
Que decir de los
mensajitos y mensajitos que
continuamente está escupiendo el
cacharrito, en más de un 99% bobos y sin importancia. ¡¡¡ Qué decir de las miríadas de fotos, que se reciben sin cesar¡¡¡. ¡¡¡
Que mira que bocadillo me estoy comiendo, que mala cara tiene fulano, de qué
manera más hortera, va vestido perengano…¡¡¡, para que seguir…
¡¡¡ A ver si tengo suerte
y puedo decir con alegría, mi móvil no funciona¡¡¡
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