Breviario para políticos (5)

No digas y hagas nunca nada que pueda contravenir al decoro, al menos en público; ya que, aunque tú actúes de forma espontánea y sin maldad, ten por seguro que los otros pensarán mal sistemáticamente. Lo mejor es mantener siempre una actitud reservada, a la vez que observas discretamente lo que ocurre. Procura, en definitiva, que tu curiosidad no sobrepase nunca el límite de tus cejas.

Asi es según creo, como se comporta un hombre prudente y suficientemente hábil para protegerse contra cualquier contrariedad.





Si quieres desenmascarar a una persona falsa, consúltale sobre un asunto y luego, unos días más tarde, vuelve a preguntarle sobre ese mismo asunto. Si la primera vez quiso inducirte a engaño, la opinión que te dará la segunda vez será distinta: la divina Providencia ha querido que olvidemos con facilidad nuestras mentiras.

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