La Oratoria, El Cantar de Mío Cid y los otros espectáculos
En el transcurso de la
vida de un país,
existen momentos que tienen que ser
cantados, celebrados y aplaudidos por
personajes que actuaban y actúan como dinamizadores de los hechos
culminantes de una sociedad en ebullición.
Si nos referimos a la
Alta y Baja Edad Media, se
glosan con obras escritas, representadas y cantadas para dar publicidad a los grandes personajes y acontecimientos que se
sucedían en ese periodo, que los juglares
se encargaban de transmitir hasta los últimos límites de un continente. Un caso típico en relación con esto
puede ser el famosísimo Cantar de Mío Cid, que ensalza hasta la
leyenda la personalidad y los hechos épicos casi legendarios de D. Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid.
Todas
las épocas de la historia de una comunidad o nación han necesitado de personajes cuasi legendarios, que
actúen como barreras para contener o dar cauce a los instintos más primarios de
la sociedad. Antes fueron los gladiadores, luchadores, toreros, actores,
escritores, políticos…hasta llegar a nuestros días donde toreros y futbolistas son la reencarnación moderna de esos
personajes de leyenda a los que me
refería antes.
¡¡¡ Como se canta en un
lenguaje épico de leyenda, la habilidad con el pie de uno de estos personajes,
deshaciéndose de otros futbolistas contrarios, los aparatos de radio y
televisión braman, animando a la remontada, el orgullo nacional está en juego, el espíritu de Juanito va quedar a
buen recaudo… ¡¡¡.
Oído
por mí, en una transmisión
radiofónica de fútbol “C.R con su calidad es el ángel que baja del cielo, para impartir justicia en
la tierra, para que seguir…”
Los
espectáculos taurinos, el fútbol como
deporte por excelencia no es nada más que eso, un espectáculo, no lo usemos para dar rienda suelta a nuestros más
bajos instintos.
¡¡¡ Que la pasión
taurina, deportiva etc, no nos impida ver las cosas que pasan a nuestro
alrededor y que requieren atención prioritaria y menos épica sin sentido ¡¡¡
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