Breviario para un político (10)
En
cambio, no hay que temer gran cosa de los que irritan a todo el mundo a fuerza
de alabarse a sí mismos de forma rimbombante. Desconfía, no obstante de esos extravagantes
de aire sombrío y arisco que se complacen en pronunciar interminables discursos
en voz alta y tono sentencioso. Les reconocerás por sus uñas demasiado cortas y por su forma de alardear
de mortificaciones que en ningún caso están inspiradas por un sentimiento
religioso sincero.
A
los nuevos ricos, nacidos en el arroyo, los reconocerás por su obsesión por los
bellos adornos y los festines refinados. La experiencia de la miseria les
empuja a ambicionar las satisfacciones materiales mucho más que los honores.
Recuerda
siempre que los hombres cuya vida está dominada por los placeres del vino o de
la carne son prácticamente incapaces de guardar un secreto: los unos son
esclavos de sus amantes; los otros, después de haber bebido, no pueden evitar
hablar a tontas y a locas.
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