Todas las actividades humanas de cualquier orden, tienen un principio, una fase de desarrollo y un fin. El conocer exactamente, la duración de los distintos periodos es fundamental para que lleguen a buen puerto y cumplan su función. Vivimos en un mundo donde la evolución es constante, todos los acontecimientos se van sucediendo a gran velocidad y si nosotros, no encontramos un medio, para también avanzar a la par, nos veremos desplazados y perderemos puestos en el ranking vital. Para seguir esta especie de carrera, deberemos conocer en todo momento: que queremos, cual es nuestra meta, con qué posibilidades contamos para llegar al final. Si no contamos con las fuerzas y argumentos necesarios, para llegar al término, mejor es retirarse antes de que las propias circunstancias, te retiren de forma abrupta. Cuando vemos que no vamos a poder conseguir lo que pretendemos, porque las circunstancias que nos rodean, lo van a impedir, salgamos por la puerta principal y no por la traser...
Por mi ya provecta edad, he tenido que ir a numerosos médicos que me han recetado miles de pruebas, haces todo esto ya como un acto mecánico, sin demasiada ilusión en el resultado final, que como todos sabemos es la desaparición. No obstante en todo espíritu hay la idea de trascender, de poder pasar esa frontera de nuestro ciclo vital que es la muerte, ir más alla, es difícil, muy difícil, aunque a veces, se te presentan pequeñas puertecillas que te hacen presentir que esto no es tan imposible como parecía. Recientemente por prescripción facultativa he asistido a una consulta de Genética, en cierto centro sanitario madrileño, he ahí toda la parafernalia hospitalaria en todo su esplendor. Pasillos limpisimos, enfermos también limpisimos, sentados en incómodos asientos a lo largo de una pared también limpisima, como penitentes esperando pacientemente para que se les permitiera la entrada en el "Templo de la Ciencia", esperando que los sacerdotes vestidos de blanco ...
El tiempo huye, el tiempo escapa, el tiempo vuela “TEMPUS FUGIT” es una locución latina que hace referencia explícita al veloz transcurrir del tiempo. La expresión latina que nos ocupa parece derivar de unos versos de “LAS GEORGICAS” del poeta romano VIRGILIO, “SED FUGIT INTEREA, FUGIT IRREPARABILE TEMPUS” (pero huye entre tanto, huye irreparablemente el tiempo). En literatura, otros autores han homenajeado esta cita, como es el caso de LEWIS CARROLL en su obra ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS. Habitualmente, podemos encontrar esta expresión escrita, en relojes de sol, de péndulo o de cualquier otro tipo, recordando al espectador la fugacidad del tiempo que mide el instrumento. El ser humano, ha estado siempre muy mediatizado por la posibilidad de amarrar el tiempo (que es la duración de las cosas sujetas a cambio), para poder dominarlo. Pero cuando pudo solamente inventó los relojes para poder medirlo y se le sigue escapando de las manos de manera ...
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