Ribera maestro del dibujo

Después de ver asombrado la magnífica exposición en el Museo del Prado, sobre los dibujos de este genial valenciano, quiero rememorarle con algunos datos de  su trayectoria como artista del dibujo.

José de Ribera, artista complejo y dibujante magistral, nació en Xátiva en 1591. En 1606, con unos quince años de edad, llegó a Roma, donde se formó como pintor caravaggista y como dibujante con una clara vertiente académica. Desarrolló su actividad principalmente en Nápoles, donde se estableció en 1616 al servicio de los virreyes españoles y donde permaneció hasta su muerte en 1652, Ribera fue un dibujante empedernido y hoy se conocen casi ciento setenta dibujos de su mano, muchos recientemente atribuidos.

Ningún artista napolitano o español coetáneo trató temas tan diversos como Ribera en sus diseños. A diferencia de otros artistas, solo unos pocos son estudios preparatorios para pinturas  o estampas, siendo el resto dibujos independientes, fruto de la observación de la figura humana o de su imaginación.

Una de las cosas que más llama la atención de los dibujos riberescos es el interés que muestra por la fealdad y la violencia. Se conservan unas veinticinco cabezas que representan distintos tipos napolitanos, generalmente  zafios o personajes grotescos con deformidades o rasgos muy exagerados producto de su imaginación. La violencia, es frecuente en sus martirios, aparece también en varios dibujos rápidos que parecer documentar las torturas y ahorcamientos que tenían lugar en las plazas de Nápoles.

Por último, Ribera realizó una serie de dibujos de difícil interpretación, “sus caprichos”, invenciones que oscilan entre lo humorístico y lo satírico, lo caricaturesco y lo ridículo, lo tétrico y lo inquietante, y que a veces parecen adelantarse a los de Francisco de Goya. En este grupo destacan varias escenas de iconografía misteriosa en las que  aparecen personajes con hombrecillos diminutos sobre ellos, en diversas actitudes.

Hasta aquí mis impresiones de esta bellísima Exposición.