Una D.O manchega poco conocida, Almansa
Esta
Denominación de Origen abarca la
zona este de la provincia de Albacete y hace una pequeña incursión
por tierras valencianas, en el municipio
de Ayora. Pero aunque toque ligeramente las tierras levantinas, lo cierto
es que, tanto por su geografía como por
las variedades de cepas y el tipo de vino, tiene más similitudes con esta
región que con Castilla-La Mancha, a
la que políticamente pertenece.
Un
clima continental semiárido, con grandes contrastes térmicos entre los veranos y los inviernos, en el que son frecuentes las heladas y muy escasas las
lluvias, suman una serie de inclemencias que azota a las viñas. Los suelos
calizos, muy permeables y deficientes en materia orgánica, cubren el
altiplano ondulado, que mirando hacia Levante
sustenta los viñedos de la
Denominación.
Desde
el siglo XVI se tiene constancia de la elaboración de vinos en el área de Almansa. La fuerza de unos vinos,
potentes en grado y color, surgidos a partir de las robustas variedades que
aquí había, se ganaron el aprecio de los vinateros del norte, que necesitaban vinos robustos para fortalecer los
suyos más débiles.
Las
variedades de uvas autorizadas por el Consejo
Regulador son las tintas Garnacha
Tintorera, Monastrell y Cencibel (Tempranillo) y la blanca Merseguera.
Es
una Denominación en recesión, que
aún no ha sabido superar el declive de los gráneles.
En las últimas décadas, la mitad de las bodegas han tenido que cerrar y las
que han quedado se están limitando a sobrevivir.
La
iniciativa de momento de una única firma, Bodegas
Piqueras, ha demostrado que la zona tiene posibilidades para lanzar al mercado unos vinos
equilibrados, elegantes y capacitados para la crianza.
El
sistema de
La
compra máxima de tierras por parte de empresarios expertos hace pensar que un
tiempo, esta situación se podrá superar.
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