Paradoja francesa (french paradoxe)
Término
utilizado por primera vez en EE.UU a
principio de los años noventa para calificar la relación inversa entre el consumo de alimentos ricos en
grasa y la incidencia de enfermedades coronarias, tal y como sucede en Francia, que gracias a su tradicional
consumo de vino, a pesar de que su dieta es elevada en grasas, la
incidencia de las enfermedades de corazón es muy baja.
Desde
mediados del siglo XX la dieta
mediterránea se ha convertido en un modelo nutricional por su aporte en
nutrientes, minerales y vitaminas presentes en pescados, carnes, frutas, verduras y aceite de oliva, que aportan
un alto contenido energético y un bajo nivel de grasas. Estudios recientes han demostrado una relación directa entre longevidad y calidad de vida de las
poblaciones mediterráneas, en comparación con muestras de población de zonas
geográficas con un consumo pobre de vegetales y una elevada ingesta de grasas. Sin embargo, estudios realizados
sobre la población francesa, uno de
los países con mayor tradición vinícola y una dieta muy rica en grasas, han arrojado índices muy escasos de
incidencias cardiovasculares. A este
fenómeno se le ha denominado french
paradoxe o paradoja francesa.
Las
investigaciones que se han realizado entre muestras
de población parecen concluir que el fenómeno de la paradoja francesa se debe al consumo de vino y por la metabolomica del queso también ingrediente de la
dieta habitual. El vino, por su
contenido en agentes polifenólicos,
antioxidantes y anticoagulantes, contribuye
a aumentar la concentración del HDL
(llamado colesterol bueno) y disminuye la concentración del LDL (colesterol malo) que es el
causante de afecciones coronarias y vasculares por un exceso de colesterol
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