El orujo, licor típico español
En
España, el orujo es uno de los
aguardientes por tradición más típicos. Galicia
y Cataluña conforman las dos grandes zonas de elaboración de orujos de calidad.
En Galicia, el Consejo Regulador
de la Denominación Oruxo de Galicia es
el encargado, desde su creación en 1994, de controlar la calidad de los oruxos, tanto los jóvenes como los que
han envejecido en barrica.
La
historia de los oruxos gallegos se
remonta al siglo XVII, momento en que los holandeses empezaron a interesarse
por los aguardientes que se elaboraban en esta región. Ya a finales del siglo
XIX la elaboración de oruxos gallegos alcanzaba
cifras importantes.
La
elaboración del oruxo gallego es
bastante similar al resto de las zonas productivas. La materia prima utilizada
es el orujo o bagazo que procede de
la vinificación de uvas blancas y que está formado por raspones, hollejos y
pepitas. Su destilación se realiza
en alquitaras o alambiques o bien,
si el método es industrial, se utiliza el arrastre de vapor. La
destilación tradicional es doble,
separando cabezas y colas para
escoger la parte central, el corazón, considerada
la de mayor calidad.
Los orujos de hierbas se destilan con diferentes hierbas
elegidas por el elaborador. Algunos orujos
gallegos envejecen en barricas, que, según el Consejo Regulador, deben
permanecer como mínimo dos años.
En Cataluña, los orujos se denominan marc y aguardient de brisas de vi. Uno de los que más destacan es
el Marc de Cava. Su elaboración se
realiza con las variedades blancas Macabeo, Xarel.lo, Parellada, Monastrell y
la uva francesa Chardonnay. Este orujo permanece
dos años en barrica de roble, de forma que se obtiene un orujo cálido, destacando los elaborados en la zona del Penedés.
Los orujos Marc de la
Terra Alta se elaboran
con residuos de uvas de los vinos elaborados en la Denominación de Origen de
Terra Alta.
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