Políticos y comediantes

Hace dos mil años y más, los griegos decían que los políticos son comediantes a tiempo completo.

 El político, es también una de las primeras criaturas en ser blanco de todo tipo de diatribas a escala universal y en todas las culturas. Pero en ningún país del mundo es tan abundante y grave esto como en la orilla occidental del Mediterráneo, especialmente cuando se trata de acometer verbalmente al político o al empleado público, siendo entonces cuando esto se torna más visceral, ha dado lugar a la creación de elementos satíricos  que son fundamentales para estudiar desde el siglo XVII hasta nuestros días, la sátira política. Lo que ha hecho de la política, un teatro.

La política no deja de ser más que una representación de un trozo de vida (programa político), para entusiasmar a un auditorio (incondicionales), y tratar de atraer a otros (indecisos) por unos actores (políticos), que van buscando en vez de aplausos, un puesto o mamandurria donde satisfacer sus necesidades de mando, subsistencia, personales etc. 

El público ante la representación teatral que es la política, tenía sus  reacciones ya que el ser humano tiene la pulsión irreprimible de expresar desacuerdo e irritación con las cosas que rodean su  mundo, o sea insultar.  Esto se puede expresar o bien de palabra o por gestos. El insulto se puede llevarse a cabo, no solo de palabra, sino que muy frecuentemente un ademan sin mediar palabra ya es denotativo de desprecio. Quien hace el gesto de llevarse el dedo índice de la mano derecha a la sien no necesita decir nada para dejar clara la opinión que le merece la persona a quien se refiere.

Si nos estamos refiriendo a  representación teatral, a aplausos, a gestos de aprobación y desaprobación, a interpretación de papeles por diferentes actores, estamos estableciendo una base de unión entre ¡¡¡ teatro y política ¡!!, luego si existe ese nexo de unión, llegamos a la conclusión que ¡¡¡políticos y comediantes!!! tienen casi siempre un gran parecido,  son una misma cosa.