Practique la elegancia social de visitar a un enfermo
La
vida de relación de nosotros con los demás, es una continua red de convencionalismos sociales y sobre esa red se asienta
nuestra convivencia civil.
“Hay que practicar la
elegancia social del regalo” dice
el lema de unos muy famosos grandes almacenes, haciéndonos ver que el regalo no es una muestra de cariño hacia
los demás, sino que es un acto que si no lo hacemos la sociedad que nos
rodea nos lo va a echar en cara. ¡¡¡
Siempre, el que dirán ¡!!, los sentimientos no importan.
En la vida de las
familias, hay un
acontecimiento que altera profundamente su devenir, ¡¡¡ el ingreso hospitalario, de uno de sus miembros!!! Si nosotros
mantenemos algún tipo de relación con esa familia, ¡¡¡ se nos presenta un problema importante!!! Hay que ir a verlo,
¿porque si no que van a decir de nosotros?
Estudiamos
el problema, procuramos enterarnos del
tipo de dolencia, ¿tiempo de estancia hospitalaria?, gravedad, etc.
Nos
personamos normalmente en el centro sanitario en domingo o día de fiesta, acompañados de nuestra familia más
cercana, pero ¡¡¡ diantre!!! Llegamos
a la habitación del enfermo y ya desde lejos, pensamos que allí hay una manifestación, la gente no cabe, ¿pero
porque? Pues sencillamente, ha habido muchas personas que han pensado como
nosotros,¡¡¡ que hay que practicar la elegancia social de visitar al enfermo!!! . Nadie
piensa que al enfermo le pueda molestar, o que no tenga ganas de ver a nadie, tenemos que practicar la elegancia social.
Las voces inundan la
habitación, los
alientos de las diversas personas se mezclan en el ambiente, posibles
infecciones qué más da.....
Pensemos
que a la persona enferma hay que ayudarla bien con nuestra compañía, nuestro
silencio y siempre con nuestra comprensión.
Cuando
visitemos a un enfermo veamos a la persona y¡¡¡ no a una sociedad que
nos observa, pasa lista y nos apunta una
asistencia!!!
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