Un vino emblemático de Euskadi Getariako Txakolina (Chacolí de Guetaria)
Junto
al mar pero al resguardo de una brisa demasiado directa, se ubican los viñedos
responsables del Chacolí de Guetaria, el
vino emblemático de Euskadi. En
laderas con bancales, en pendientes escarpadas o en cualquier rincón abrigado
orientado hacia levante crecen las vides emparradas, guiadas por
alambres o por piedras, en los municipios guipuzcoanos de Guetaria y Zarauz.
El Chacolí de Guetaria está muy arraigado en la sociedad
vasca, es un vino blanco de baja graduación y una acidez característica que se
elabora mediante métodos también característicos, y cuya cata y disfrute de la
última cosecha constituye todo un ritual costumbrista.
Pero
aunque el tipismo forma parte del patrimonio cultural que envuelve al Chacolí esto no ha supuesto un freno a
la modernización y puesta al día de las bodegas,
interesadas en la mejora permanente de sus vinos. Esto se traduce cada año
en un aumento de la calidad general de la zona y en la desaparición progresiva
de vinos defectuosos.
Solo
hay dos variedades autorizadas por
el Consejo Regulador: la blanca Hondarrabi Zuri, que es mayoritaria, y
la tinta Hondarrabi Beltza, que
apenas ocupa un 15%. Y es que en esta Denominación,
al contrario que en la vecina Vizcaya,
solo se vinifica blanco aunque en su elaboración puede intervenir una
pequeña proporción de la variedad tinta.
El Chacolí de Guetaria es de color pálido acerado que
desprende un aroma limpio y franco de intensidad moderada, con ciertos
caracteres herbáceos agradables y en los
mejores casos florales. Es un vino ligero de cuerpo y grado que en boca resulta muy fresco y tiene un nivel de acidez
agradable.
Ha
habido intentos de hacer este vino fuera del territorio de Euskadi con resultados muy pobres, y en algunos casos nefastos.
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