Un paseo con los ojos abiertos por Las Palmas de Gran Canaria (3)

En mi paseo por esta maravillosa ciudad con los ojos abiertos, por las calles Presidente Alvear o León y Castillo, llegó a uno de los puntos fundamentales de esta urbe La plaza parque de Santa Catalina, que era lo que veían primero los que llegaban por vía marítima. Este lugar más que una plaza salpicada de palmeras y parterres, es un auténtico parque donde late con fuerza la vida exterior e interior de la capital gran canaria.

Aquí en esta plaza parque de Santa Catalina se encuentra, reside y pulula gran parte de la vida nocturna de la ciudad, con numerosos restaurantes, un edificio icónico, debido a su altura y a la forma de su construcción, el antiguo hotel Don Juan,  que con distintos nombre ha seguido dedicándose a sus funciones hoteleras, hoy AC. Bares, discotecas y clubs que atraen siempre a gran cantidad de público canario y extranjero hasta  el amanecer.

Desde aquí se distingue uno de los edificios más altos de la ciudad el Woermann, que con las torres Yaiza I y Yaiza II, forman el skyline de la isla.

En este lugar se celebra anualmente con gran éxito, un festival; El Festival de Músicas del Mundo (WOMAD).

En una restructuración  y ordenación relativamente moderna del cercano Puerto de la Luz, desaparecieron casi todos los edificios de las navieras que operaban en el cercano puerto y que estaban en la plaza. De estos edificios quedó uno que pertenecía a la Naviera Elder Dempster Shipping Line, que con el nombre de su antiguo propietario Elder, ha dado paso a un Museo de Ciencia y Tecnología, que hace las delicias de todos los que lo visitan, con su lema “prohibido no tocar”.


La plaza tuvo un personaje singularísimo, multicolor, arreglada de manera delirante que se paseaba entre las mesas de los bares, para hacerse fotos con los turistas, como un recuerdo más del mismo y siempre rodeada de gatos que la seguían. Personaje eterno, ahora recordada en un bronce en un extremo de la plaza. LOLITA PLUMA,  con gatos de bronce y el tiempo parado en su cara broncínea. Lo dejo por hoy, una lágrima me enturbia la vista.




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