La cocina castiza asalta por el chef Alberto Chicote la Puerta del Sol de Madrid ¡¡¡ya era hora!!
Madrid
es una gran capital, pero tiene su origen,
en un poblachón manchego, con lo que esto significa; costumbres, folklore,
comidas, etc. claramente diferenciadas.
Este núcleo pueblerino y manchego,
dio con el tiempo paso a lo castizo, flor y nata constitutiva de lo madrileño.
¡¡¡ El alma de Madrid!!! Pero
pasaron los años ,esta parte constitutiva del ser de Madrid, se fue diluyendo, era el interés que había que pagar
para convertir a la Villa del Oso y el
Madroño, en una capital europea de relumbrón.
Pero
en el imaginario madrileño quedaban
sabores y olores de antaño, que producían amplios ataques de melancolía,
porque no había ni donde ni como satisfacerlos
con marchamo de autenticidad.
Hay
profesionales que nos les han tenido que enseñar a ser emprendedores porque ese
germen lo llevan en la sangre desde su nacimiento, me refiero concretamente al televisivo y gran chef ALBERTO CHICOTE,
que ha tenido la feliz idea de recrear una taberna restaurante madrileña , en el piso 5º de Puerta del Sol 10 y solucionar estas melancolías.
Llegas
y te das de bruces con una taberna como las que se describen en novelas de
costumbres madrileñas, coronado todo con un clásico mostrador de taberna antigua. Tiene también una gran terraza, lugar
ideal para las noches madrileñas o en todo tiempo, cuando el calor sea menos
agobiante.
Decoración
predominios de colores, rojos, verdes y blancos. Servicio atento y diligente. ¡¡¡ Que delicia de empanadillas, jamón,
mejillones en escabeche y demás sacramentos!!! Un arroz meloso con verduritas muy
sabroso y en su punto. Atún asado al
carbón, resaltando perfectamente el sabor del para mi “rey de los túnidos” y no quemado como se sirve en otros
restaurante.
Para
terminar un excepcional tocinillo de
cielo con azafrán, verdadero fin de fiesta para una comida memorable. Para beber un excelente “Ad libitum” Rioja blanco buenísimo.
Relación
Precio/Calidad buena.
Sres.
de Puertalsol, los clientes
agradecemos un chupito cortesía de la
casa. ¡¡¡No me sean tacaños!!
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