Pista de entrenamiento deportivo, El Aeropuerto Madrid-Barajas T-4, Salidas

Un Aeropuerto como decía un humorista español, “es como una estación de ferrocarril  a lo moderno”. Con una fauna humana que pulula por ambos recintos, con parecidas características y comportamientos semejantes en muchas ocasiones.

La llegada a la T-4 produce un efecto casi religioso al que va allí por primera vez, la grandiosidad exterior del conjunto, le recuerda a una modernísima catedral del siglo XXI,  la suntuosidad exterior del edificio impresiona. ¿Es práctico, como terminal aérea? ¡¡¡Ese es otro cantar!!!

Llega un viajero a tomar un vuelo para cualquier destino y lo primero que tiene que estar es en una forma física envidiable, porque las distancias que tendrá que recorrer hasta alcanzar la puerta de embarque de su vuelo, serán considerables, siempre que no tenga la mala experiencia de que esta puerta esté situada en el Edificio Satélite anexo, que con el viaje en el metro automático que une los dos edificios, le va a llevar a gastar una parte importante del tiempo antes de la hora de cierre de su vuelo., como me pasó a mí.

Miro a los carteles y me indican en un intento de llevarme a la depresión más absoluta “esta Ud. de la puerta XXX a 9 min” ¿Me gustaría saber a mí quien ha medido ese tiempo? Seguramente será algún practicante de decatlón. Me van diciendo por los altavoces también, que de cualquier posible cambio del número de la puerta de embarque, me tengo que preocupar yo, lo tengo que leer en las pantallas  de información, ya que esos avisos no se dan por megafonía, ¡¡¡tengo que estar poniéndome y quitándome las gafas constantemente!!!

El tiempo pasa y no encuentro el camino aunque está lleno todo de carteles con los números y flechas de situación de las puertas y multitud de tiendas. Parece que estoy encaminado, después de sortear estos obstáculos  ¡¡¡pero llegamos al metrito!!!

Estoy cansado, muy cansado. Llego al final del trayecto de este juguetito, más escaleras, subir, bajar…..para que seguir. Consigo llegar a tiempo, destrozado, por el esfuerzo realizado y con mareo y dolor de cabeza por la tensión sufrida hasta encontrar la puerta de salida de mi vuelo. No sigo, porque estoy hecho polvo y quiero sentarme ya a seguir esperando…

Pienso como profano, ¿este aeropuerto no podría ser menos lujoso pero si más funcional? ¡¡¡ No quiero entrenarme para ninguna prueba atlética, solo volar, viajar!!!


 Menos lujos decorativos para mostrar en las televisiones y más funcionalidad para los pasajeros que  utilizan las instalaciones.





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