Sensiblería y aborregamiento
Considero
que las personas tienen que tener
para su desarrollo como tal, la necesidad de tener aficiones. ¿Qué son esas
aficiones?, son actividades
normalmente placenteras que pueden ser útiles en dos sentidos: servir como
ayuda a la persona para pasar momentos penosos, tristes o peligrosos o sea una especie de asidero para usar como
lenitivo en momentos difíciles. También como válvula de escape para reducir
tensiones, en momentos complicados.
Una
de las principales actividades que hoy día, que sirve para estas utilidades que señalo más arriba es la música y sobre todo la música pop. Yo no tendría a esto, nada que
decir, sino fuera porque se ha convertido en un fenomenal negocio “show business”, una rueda donde se
engloban muchísimos intereses empresarios,
cantantes, grupos, representantes., agencias de publicidad, multinacionales
discográficas, etc., etc… y que por lo tanto, no está sujeto solo a
promocionar lo mejor sino lo que es más afín a los intereses espureos que
representan, esto que lleva implícito el
dirigir los gustos de las masas hacia
aquello que ayude al triunfo de sus intereses.
Esto
ha convertido a las masas de meros escuchantes
y a los aficionados en meros borregos que siguen sin pestañear las
indicaciones de los lobbies de estas
actividades, que figuran en unas muy patrocinadas y publicitadas listas de
éxitos, fuera de estas listas, parece que no hay vida.
Si
estudiamos las letras y músicas de los presuntos
éxitos de estas listas, nos encontramos que son monumentos a la cursilada y la sensiblería más
exacerbada Esto no es óbice para que haya algunos artistas, pocos que quieren
llevar su vida artística por una senda de honradez
y honorabilidad y hagan en sus composiciones verdaderos cantos a la vida y
derechos humanos.
Fomentemos
en los que nos siguen, el deseo de que sean libres, hasta en sus aficiones y que desconfíen también en esto, de las operaciones de marketing diabólicamente
dirigidas a crear rebaños de borregos.
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