Un domingo sin orvallo y con fabes
Llevamos
algunas semanas en Madrid, al aproximarse la primavera con un clima lo más
parecido al de una ciudad del norte de Europa que al de la capital de España.
Ayer
domingo amaneció un día nublado, aunque sin lluvia, ¿gastronómicamente que
apetecía?, pues guisos de puchero, recios contundentes. La cocina que mejor
reúne esas condiciones, es la cocina asturiana, que ahora mismo tiene unos
fogones emergentes, en Casa Hortensia. Reseño aquí una desaparición triste la
de Casa Portal, durante muchos años, también buen estandarte de la cocina
astur.
Este restaurante Casa Hortensia, se fundó en el
madrileño barrio de Lavapiés en 1985. Se trasladó posteriormente al Edificio
Asturias, donde se reinstaló el Centro Asturiano, cuando este tuvo que
abandonar el Palacio Gaviria de la calle del Arenal.
Ayer
fui a comer con mi familia al restaurante citado y me encontré con varias
sorpresas. Comedores muy luminosos, atestados aunque, permitiendo un hablar y
paladear las riquísimas viandas de manera tranquila. Un servicio muy
profesional y experto. Unas raciones monumentales fácilmente compartibles, que
eso hoy es un “gran consuelo económico”…
Tomamos
primero una cortesía de la casa, “Cabrales batido con sidra”, seguimos con la
tortilla de la casa, un inmenso trozo impregnado de sabores asturianos ¡¡¡riquísima!!!
.Luego para los comensales, pedimos y nos sobro un pote asturiano más fabes con
almejas, sobras que lógicamente nos llevamos, una maravilla. Los productos
empleados de primerísima calidad muy bien cocinados bajo la experta dirección
de Adela Besteiro. Para final un excelentísimo, repito excelentísimo arroz con
leche en su punto exacto de cocción, dulzor y quema.
Regamos
la espléndida comida con una buena sidra, lógicamente de Villaviciosa y un más
que correcto vino de la casa, un Rioja tinto de las Bodegas Olarra.
Precios
bastante correctos en relación con la calidad de los platos que degustamos. Al
salir por fin vimos el sol.
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