Hijo mío
Desde
mi vieja orilla, desde la fe que siento,
hacia
la luz primera que toma el alma pura,
voy
contigo, hijo mío, por el camino lento
de este
amor que me crece como mansa locura.
Voy
contigo, hijo mío, frenesí soñoliento
de mi
carne, palabra de mi callada hondura,
música
que alguien pulsa no sé dónde, en el viento,
no sé dónde,
hijo mío, desde mi orilla oscura.
Voy, me
llevas, se torna crédula mi mirada,
me
empujas levemente (ya casi siento el frio);
me
invitas a la sombra que se hunde a mi pisada,
me
arrastras de la mano…Y en tu ignorancia fio,
y a tu
amor me abandono sin que me quede nada,
terriblemente
solo, no sé dónde, hijo mío.
Leopoldo
Panero (1909-1962)
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