Caprichos y antojos


La definición de la palabra “Capricho”, que nos interesa, es un deseo vivo, arbitrario que no está basado en una razón lógica, sino en un antojo pasajero. La vida en los países del primer mundo, supuestamente desarrollado, es muy caprichosa, se ha trivializado en todos sus aspectos de una manera importante, se da más importancia al tener que al ser.

Actualmente, se ha desarrollado en ciertos sectores de la población, sobre todo a partir de la cuarentena entre parejas y personas solteras un deseo casi irrefrenable de tener hijos, no de ser padres, se está comenzado a ver en algunos casos esto, como un nuevo capricho cuya realización puede llevar a consecuencias desagradables de todo tipo, entre otras que nos desagrade al final.

Si no se puede físicamente, aún con ayudas médicas ser padres, existe el proceso de adopción, que es un acto jurídico por el que una persona se hace cargo legalmente de otra y la toma como hijo propio, sin que  sea hijo biológico (tremendamente respetable y pleno de amor), pero siempre hay un pero en esta vida, para hacer ese  acto de adopción se suelen buscar niños, en países  casi en las antípodas. ¿Por qué? , habiendo en España, en los centros correspondientes de acogida, niños que no los quiere nadie, por enfermedad física o psíquica ¿no tienen estos niños el derecho de que alguien les quiera, les proteja y tener la oportunidad de vivir una vida digna?

La función de padres no es una función fácil ni muchísimo menos, por eso hay que olvidar esas maravillosas fotos de hermosísimos bebes con una sonrisa continua y deslumbrante, acompañados de parejas hermosísimas de padres apolíneos, ¡¡¡ eso puede ser una parte ¡!!!, otra es que hay niños que no duermen por la noche y hay que levantarse a ver qué les pasa, que enferman, que hay que llevarles al médico…

Van creciendo y la preocupación del colegio, si progresan adecuadamente y así hasta casi el infinito…








Convirtamos la función de padres en un ejercicio de responsabilidad y no en un antojo más de nuestra vida ¡¡¡UN NIÑO, NO ES UN JUGUETE!!!

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