Ira


Al enfado o sentimiento de indignación violentos,  lo denominan los expertos como IRA. También está considerado por la doctrina católica como uno  de los pecados capitales y la Psicopatología lo considera como motivo y causa de conductas violentas.

Los problemas que van surgiendo en la vida de los humanos, son algunos de una intensidad tremenda y su resolución o posible resolución, requiere por nuestra parte, claridad de mente. Nunca un sentimiento de indignación, que nos  va a ofuscar en la toma de  una decisión correcta para eliminar el problema o por lo menos encauzarlo, debe ser nuestro mentor.

La IRA, engendra IRA. Es muy difícil que una persona que se sienta sujeta a la iracundia de  otra, no responda de la misma manera, si es que puede. Esta batalla de iracundias es motivo de muertes violentas o en el mejor de los casos de problemas convivenciales de difícil resolución.

La IRA, puede ser la forma de enmascararse de una personalidad con muy baja autoestima, pretende ser en principio un mecanismo de defensa para asustar al otro, pero por algún motivo desconocido puede encontrarse con una respuesta más iracunda por parte del otro y terminar la discusión de muy mala manera. La serenidad, debe presidir todos nuestros actos y actuaciones, embridando nuestras reacciones más primarias, que lo único que hacen es quitar claridad a nuestros sentidos que a su vez nos va a impedir una resolución satisfactoria de los problemas.

Unas formas bellas no, bellísimas de IRA, son las que nos presenta en muchas ocasiones, la propia Naturaleza. Pensemos por ejemplo, en una tormenta, el cielo se cubre de negros nubarrones y es cruzado en toda su extensión por chispas eléctricas que iluminan el firmamento casi negro, intensos ruidos atronan el espacio, el ánimo del espectador, parece encogerse ante esa fuerza iracunda de la naturaleza, es impresionante, pero como signo de paz, suele aparecer la maravilla del arco iris.¡¡¡ Es todo un esquema de conducta!!!








Que la IRA, no nos ciegue en nuestros actos, encerrémosla en el interior de nuestras conciencias. 

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