Ronquidos en la madrugada
En
la madrugada de uno de estos días pre-veraniegos,
estoy durmiendo plácidamente y de pronto me despierto, con esa sensación de
tranquilidad que produce un sueño
reparador. Miro el despertador, son las tres de la mañana, voy a intentar
dormirme otra vez, intento relajarme y
cuando comienzo a notar sensaciones de que Morfeo
me está abrazando, un extraño y gutural ruido, interrumpe
la tranquilidad de la noche y me produce una cierta zozobra. ¿Qué será eso?, pienso alarmado. Se repite
el ruido, que viene a ser como un alarido o mugido de un animal en trance
de extinción, se repite otra vez, esta vez lo
mismo de desagradable, pero con una intensidad y tono diferente.
Mi cerebro por una parte quiere dormirse pero no
puede dejar de estar en estado de alerta por
esa sonoridad casi de otro mundo que llega a mi habitación a través del
balcón. ¡¡¡ Están roncando mis vecinos
¡¡¡ ¡¡¡ qué horror, ya me han dado la noche ¡¡¡. Pienso que mis vecinos lo
que están haciendo conmigo, es ofrecerme un extrañísimo concierto en la
madrugada.
Es
una extraña orquesta la que quiere
ofrecerme este rarísimo concierto. Los instrumentos-ronquidos suenan
alucinantes. Unos parecen pájaros
borrachos que en vez de piar, pretenden vomitar sus entresijos. Otros con unos
silbidos largos y penetrantes, parecen querer perforarme los oídos. Se oyen como estertores seguidos de
un silencio, que parece presuponer la muerte súbita del ejecutor, pero falsa
ilusión en unos segundos vuelve…
A
mí, el plácido sueño que pretendía tener
ha desaparecido y un poco dejo llevar mi
pensamiento, por esos sonidos de
aquelarre que se han colado en mi dormitorio, repito con la ventana abierta que
ante este concierto procurare cerrar siempre que pueda. En pleno verano el
dilema está claro ventana
abierta-ronquidos vecinales-insomnio o ventana cerrada-calor-insomnio y yo
lógicamente de víctima propiciatoria.
¡¡¡ El vera
no que me espera ¡¡¡ ¿Cuándo vendrá el frio?
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