El secreto mejor guardado de muchas bodegas
La Garnacha tinta, es una
cepa muy utilizada
hasta el punto de constituir el secreto
mejor guardado de muchas bodegas. Para que perdure debe acompañarse de
otras variedades con más nervio, como la
tempranillo en el Alto Ebro, la Cariñena en Cataluña, la Syrah en Australia y
la Cinsault en el Midi galo. Sigue siendo la primera variedad tinta del
mundo en extensión de viña. ¿El nombre
surgió de su color granate o de su similitud con la Garnacha?
Hoy
en España esta variedad es
mayoritaria en Aragón, Navarra y Toledo,
y está presente en menor proporción en el resto. Su piel fina, menos coloreada, y su riqueza en azúcar son
ingredientes muy adecuados para los
rosados navarros y los de Provenza y
Tavel en Francia. Está presente no sólo en las costas mediterráneas sino
también en las regiones áridas y calurosas de los países vitivinícolas.
Si
la Tempranillo aporta estructura, la Garnacha recubre la estructura del
vino, siempre que la cepa se cultive entre 200 y 500 m de altitud. Cultivada a
mayor altitud (en ciertas zonas de la
Rioja Alta), el vino resulta algo acido, menos coloreado y acuoso, y apenas
queda un ligero atisbo de pimienta negra. Es capaz de sobrevivir en las
condiciones climáticas más adversas, soportando el sol y el viento, el cierzo en Aragón y el mistral en el
Ródano.
Cepa
muy vigorosa, necesita poca agua, tiene una sorprendente resistencia a la insolación, crece sin problemas en suelos
pobres de cascotes, arcilla y caliza, y da un fruto dulce y abundante de
compacidad entre media y alta, según sea el cuajado del fruto. El proceso vegetativo de esta uva dura
15 días más que la Tempranillo; sin
embargo después del envero (cuando el color verde de la uva pasa a azulado
oscuro y va ganando azúcar), la maduración del fruto es rápida.
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